Los ríos y arroyos de Osona tienen una calidad biológica buena y sólo en algunos tramos es mala

El conjunto de ríos y arroyos de Osona tiene una calidad biológica buena o muy buena, según se desprende de la evaluación regular del estado ecológico de los cursos fluviales de la comarca que, un año más, ha llevado a cabo el Centro de Estudios de los Ríos Mediterráneos (CERM) de la UVic-UCC, también asociado al Museo del Ter de Manlleu. El estudio, correspondiente al año 2018, ha muestreado un total de 19 tramos fluviales, que se visitaron en primavera, y en muchos casos también en verano. De estos tramos analizados, quince tienen una calidad biológica buena o muy buena, y en ningún punto el resultado de la evaluación ha sido muy malo. Estos resultados, que se mantienen en la línea de los últimos años, se atribuyen principalmente a una pluviometría muy elevada y, en consecuencia, a caudales también muy elevados.

Los tramos de río analizados pertenecen a los términos municipales de Vic, Manlleu, las Masies de Voltregà, Santa Eulàlia de Riuprimer, Torelló, Taradell, Sant Quirze de Besora, Sant Boi de Lluçanès, Roda de Ter, Santa Maria de Besora, l’Esquirol y Rupit. Para realizar el estudio, se miden parámetros generales de cada punto (caudal), se determina la calidad del hábitat fluvial y el bosque de ribera, la calidad fisicoquímica (temperatura, pH, conductividad eléctrica y oxígeno disuelto) y la calidad biológica del agua, utilizando los macroinvertebrados acuáticos (escarabajos, zapateros, gusanos de caja, entre otros) como indicadores de calidad.

Tramos con calidad mediocre y mala

Todavía quedan algunos tramos donde la calidad es mediocre (el Gurri aguas abajo del vertido de la EDAR de Vic y el Rimentol) y mala (el Mèder en el núcleo urbano de Vic y el arroyo del Sorreigs aguas abajo del vertido de la EDAR de Sant Boi de Lluçanès), donde los investigadores del CERM alertan que habría que trabajar para revertir la situación. Asimismo, se detecta un aumento de los nutrientes (nitrógeno y fósforo) en algunos de los sectores de río que circulan por la llanura agrícola como el Rimentol, el Gurri río arriba del barrio de la Serra de Senferm, el polígono industrial de Malloles (Vic) y río abajo de la EDAR de Vic, el Sorreigs (en Sant Boi de Llobregat y también en la desembocadura) y el Mèder en el núcleo urbano de Vic.

Los autores apuntan al lavado de los campos de cultivo como principal causa, aunque no la única, de este incremento. Los cursos fluviales de magnitud menor y que atraviesan superficies urbanas, como ocurre en Vic, muestran una degradación importante, sobre todo del hábitat fluvial y el bosque de ribera, que revierten en la calidad biológica y general del ecosistema fluvial.

El bosque de ribera se mantiene estable

La calidad del bosque de ribera se mantiene estable, ni mejora ni empeora respecto a las evaluaciones anteriores, en buena parte de los puntos. El curso principal del Ter muestra una calidad buena de bosque de ribera a excepción de los tramos que transcurren por los núcleos urbanos de Manlleu y Roda de Ter, muy modificados. Los afluentes localizados en áreas forestales y con agricultura extensiva muestran una calidad buena o muy buena. Por contra, no pasa lo mismo con los afluentes que transcurren por la llanura agrícola o por zonas urbanas e industriales donde la calidad es mediocre o mala.

Los tramos de ribera del Gurri y el Mèder del término municipal de Vic mejoran progresivamente por las actuaciones llevadas a cabo por el Ayuntamiento de Vic. No obstante, destaca muy negativamente el Mèder en su núcleo urbano con un bosque de ribera muy modificado que condiciona en gran medida la estructura y la diversidad de todo el conjunto del hábitat fluvial y el bosque de ribera.

Este estudio, que el CERM elabora de forma anual, cuenta desde sus inicios con el apoyo de los ayuntamientos de Vic y Manlleu, y con la colaboración del laboratorio de Depuradoras de Osona SL en la Estación Depuradora de Aguas Residuales de Vic.