La pandemia de la Covid-19 agrava el sesgo de género existente entre el personal docente e investigador de las universidades catalanas
La crisis sanitaria propiciada por la covid-19 ha agravado el sesgo de género que ya existía en el campo de la investigación. Dado que durante la pandemia las tareas domésticas y de cuidado de personas dependientes ha recaído mayoritariamente en las mujeres, sólo algunos investigadores con menores a cargo afirman que el período de paro les ha permitido llevar a cabo más proyectos de investigación y escribir más artículos , ya que al estar confinado creen que el tiempo se aprovecha mejor. En cambio, de forma unánime, las investigadoras han vivido la situación provocada por la pandemia como un período de estrés y mucho trabajo, pero de bajo o nulo rendimiento en cuanto a la investigación. La sensación, según expresan algunas de ellas, es que durante este período han perdido el tren o bien que se han sentido como si "fuieran a la rueda de un hámster". Las mujeres que investigan afirman estar menos dispuestas a hacer renuncias en el ámbito personal y familiar y, al mismo tiempo, dan menos importancia al triunfo en el ámbito académico.
Ésta es la realidad que reflejan las conclusiones del proyecto “El sesgo de género en el impacto de la pandemia de la covid-19 en el PDI de Cataluña del ámbito de las Humanidades y del ámbito CTEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) desde marzo de 2020 a marzo de 2021”. Este proyecto, que ha analizado el personal docente investigador (PDI) de universidades catalanas, ha tenido como investigadoras principales a Caterina Riba, del grupo de investigación Estudios de Género: Traducción, Literatura, Historia y Comunicación (GETLIHC) de la Universidad de Vic – Universidad Central de Cataluña (UVic-UCC), y Mar Rosàs, de la Universidad Ramon Llull (URL). El equipo completo ha estado formado por las investigadoras de la UVic-UCC Pilar Godayol y Carme Sanmartí (grupo de investigación GETLIHC) y Anna Pérez-Quintana (grupo de investigación SoPCI), y por el personal investigador de la Cátedra Ethos y el grupo de investigación PSITIC de la URL, Anna Pagès y Francesc Torralba. Las 32 entrevistas (16 hombres y 16 mujeres) realizadas en esta investigación entre el 9 de marzo y el 5 de mayo de 2021 han corrido a cargo de las sociólogas Patrícia Illa y Bàrbara Pagès.
Recomendaciones ante la situación sobrevenida
La investigación ha demostrado que la pandemia ha provocado un acelerado proceso de digitalización, con ventajas e inconvenientes. "Si la digitalización creciente es invasiva, todavía puede agravar más la discriminación de género, ya que la planificación y organización que las mujeres llevan a cabo en el hogar también se traslada al trabajo", explica Riba. Según ella, "las mujeres suelen ocuparse de la gestión cotidiana de los problemas del día a día, un trabajo invisible, pero que supone también una carga". Desde un punto de vista general, entre las vivencias de los investigadores y de las investigadoras de los dos ámbitos de conocimiento analizados -Humanidades y CTEM- el estudio no ha encontrado ninguna diferencia significativa, más allá de la responsabilidad añadida que tienen las investigadoras CTEM para dar visibilidad a las mujeres científicas.
Otro aspecto que ha evidenciado la crisis sanitaria es que el profesorado con precarios contratos ha sumado nuevas dificultades en esta situación sobrevenida. Ante esta realidad, y con los resultados de la investigación en mano, “en este proyecto apostamos por repensar la docencia, la gestión y la investigación, de modo que no supongan las renuncias que implican actualmente; hay que valorar la cultura de los cuidados e integrarla en la Academia”, dice Riba. Aproximadamente un 70% de las personas entrevistadas tenían personas a cargo (hijos o hijas, familiares con enfermedades crónicas, con discapacidad, etc.).
Una vez se han analizado las entrevistas y se han identificado los temores, ambiciones y problemas que plantean las personas consultadas, el equipo de investigación ha elaborado una serie de recomendaciones que pueden adoptar los centros de investigación, las agencias responsables de la evaluación de la investigación, y los ministerios y consejerías responsables de la actividad científica e investigadora. Algunas recomendaciones tienen un carácter coyuntural, estrechamente vinculadas al período de pandemia. Otros son de carácter estructural, de naturaleza permanente hasta que la desigualdad de género en la carrera académica haya desaparecido. “Básicamente, se trata de racionalizar, flexibilizar y facilitar, además de repensar la forma de integrar la cultura de los cuidados en la universidad”, concluye Caterina Riba. En este sentido, para aplicar de forma inmediata y sin coste, habría medidas como racionalizar y optimizar las reuniones, facilitar que después de una excedencia se puedan recuperar las asignaturas que las profesoras ya tenían, facilitar estancias de investigación híbridas y el teletrabajo a quien lo solicite, consensuar los horarios con el PDI y evitar siempre que se pueda pedir tareas con carácter urgente, entre otros.