La discapacidad y el consumo inapropiado de medicamentos incrementan la incontinencia urinaria en personas mayores
Las personas mayores que padecen una discapacidad o que consumen una medicación inapropiada tienen un riesgo mayor que el resto de tener o empeorar la incontinencia urinaria. Esta es una de las principales conclusiones del estudio "Predicting Continence decline in institucionalized older people: A longitudinal analysis", que acaba de publicar Javier Jerez Roig, fisioterapeuta y coordinador del grupo de investigación Methodology, Methods, Models and Outcomes of Health and Social Sciences (M3O) de la UVic-UCC, en la revista Neurology & Urodynamics, un referente en el campo de la urología. El trabajo también lo firman cuatro investigadores de la Universidade Federal do Rio Grande do Norte (UFRN) de Natal (Brasil), con quien Jerez Roig colabora habitualmente.
El objetivo del estudio fue identificar la incidencia y los factores de riesgo de la incontinencia en personas mayores institucionalizadas. Por ello, durante dos años los investigadores hicieron un seguimiento de más de 300 personas que vivían en 10 residencias geriátricas de Brasil. Cada 6 meses, los participantes en el estudio se sometieron a una evaluación para analizar la evolución de su estado de continencia. De todas las personas analizadas, el 41% ya sufrían incontinencia total al inicio de la investigación.
Los resultados obtenidos demuestran que el 39% de las personas analizadas durante el periodo de observación vieron agravada su incontinencia, mientras que casi la mitad (49%) se mantuvieron estables y el 10% mejoró su estado en algún momento. Del estudio también se desprende que las personas que sufrían una discapacidad inicial y aquellas que tomaban una medicación inapropiada fueron las que mostraron un mayor riesgo de empeorar la incontinencia, concretamente 4 y 2 veces más que las demás respectivamente. Además, aquellas personas que sufrieron un deterioro de las actividades de la vida diaria durante el período analizado mostraron un riesgo de empeoramiento 3 veces superior al resto.
Con los resultados en la mano, Javier Jerez Roig concluye que "se necesitan estrategias basadas en la revisión de la medicación y la promoción de la actividad física y la capacidad funcional" para prevenir y tratar la incontinencia urinaria, un síndrome geriátrico habitual, que afecta más de la mitad de las personas mayores ingresadas en residencias. "A menudo pasa desapercibida por los sentimientos de vergüenza que genera en las personas que la padecen", añade Jerez Roig, según el cual "la incontinencia no sólo ocasiona importantes consecuencias en la salud de las personas, sino que al mismo tiempo tiene un elevado impacto socioeconómico" para el entorno.