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Enfermeras y estudiantes de la UVic se incorporan a los centros sanitarios para luchar contra el coronavirus

Enfermeras y estudiantes de la UVic se incorporan a los centros sanitarios para luchar contra el coronavirus

La emergencia sanitaria provocada por la COVID-19 ha hecho volver a primera línea de la atención sanitaria docentes de la Facultad de Ciencias de la Salud y el Bienestar (FCSB) de la Universidad de Vic - Universidad Central de Cataluña (UVic-UCC) que hacía años que no se dedicaban a la práctica profesional. También han vuelto a los hospitales profesorado ya jubilado, así como estudiantes de último curso del grado en Enfermería, mientras que otros docentes que combinan la actividad académica con la clínica han ampliado esta segunda dedicación sin que la primera se vea afectada.

Todos ellos ya hace unas semanas que hacen refuerzo a los equipos médicos del Hospital Universitario de Vic mientras compaginan sus tareas con la docencia en línea o con las clases. En el caso del profesorado de la FCSB, como es el caso de las enfermeras Montse Faro, reubicada en hospitalización, Olga Isern, en la Unidad de Cuidados Intensivos, y Emilia Chirveches, en quirófano. Xevi Palomar, también profesor de la Facultad, ya ejerce habitualmente de enfermero, pero ahora ha aumentado las horas de dedicación y ha cambiado de unidad. En cuanto al alumnado, hay muchos que estos días trabajan a jornada completa, en turnos de 12 horas, como es el caso de Iris Alarcón, que refuerza el equipo de la UCI mientras continúa las clases del su último año de grado.

Se trata, en todos los casos, de personas que se han adherido de forma voluntaria a la llamada hecha por el Consorcio Hospitalario de Vic (CHV), que también pidió la colaboración de la Universidad para amplificarla entre los estudiantes y poder flexibilizar la situación de todos los que participan. "Desde la Facultad actualizamos en el aula del grado las llamadas de profesionales y de estudiantes que los centros necesitan para que quien lo desee se pueda apuntar", explica Eva Rovira, coordinadora del grado en Enfermería según la cual también se han puesto todas las facilidades para que cada uno pueda adaptar su situación personal a la nueva realidad. "Tanto docentes como alumnos voluntarios están haciendo una tarea muy importante y les agradecemos su dedicación y sobreesfuerzo", dice Rovira.

 

Volver a entrar en un hospital

Volver a entrar en el hospital ha sido un reto, especialmente duro para aquellas enfermeras que hacía años que se dedicaban exclusivamente a la docencia. Es el caso de Montse Faro y Olga Isern, que ahora compaginan las dos tareas. Por ello, el hospital se ha adaptado a su situación particular y en vez de hacer jornadas completas en turnos de 12 horas las hacen en turnos de 8 horas cada dos días, con la previsión de que esta situación se alargue, como mucho, tres meses. "Todo el mundo nos han dado todas las facilidades posibles para que podamos seguir con nuestras tareas de docencia habituales y nos lo podamos compaginar ", asegura Montse Faro según la cual" volver a ponerse la bata está siendo una experiencia muy intensa ".

A pesar de que la trayectoria docente la han combinado siempre con estancias en hospitales, másters y cursos para "reciclarse", Faro explica que "desde 1989 no tenía un paciente a mi cargo completamente", una responsabilidad que "está siendo dura ". En el caso de Isern, hacía 20 años que no trabajaba con pacientes a su cargo en la Unidad de Cuidados Intensivos, precisamente del entonces Hospital General de Vic." Aunque la situación es muy dura, y volver a la primera línea de la UCI me ha impresionado mucho, el compañerismo de estos días es increíble ", dice Olga quien recuerda que" sólo entrar en el hospital, todo el mundo nos daba las gracias ". De hecho, como coordinadora de prácticas del grado en Enfermería, coincide estos días con las tutoras de alumnos de la Universidad.

El reto, explican, ha sido doble: por un lado han tenido que renovar y actualizar ciertos conocimientos y procedimientos con urgencia y, por otra parte, la situación de saturación en el Hospital "puede afectar a nivel psicológico". Según Isern, "los días que descanso no puedo desconectar y dejar de pensar cómo estarán los pacientes: nos lo llevamos casa" y eso que, según explica, ya había vivido experiencias de estrés sanitario como el atentado terrorista al cuartel de la Guardia Civil de Vic, o infecciones graves por bacterias. "Sabía qué podía estar pasando allí dentro, y ya me esperaba la llamada para incorporarme, pero me dió mucho miedo pensar en volver a tener toda la responsabilidad de un paciente tan crítico y delicado", dice.

En el mismo sentido, Faro, que entre otras en la UVic imparte la asignatura Cuidados al Final de la Vida, explica que las jornadas en el Hospital no son nada sencillas. "Una vez entramos quedamos confinadas en nuestra unidad hasta que terminamos el turno, y en ningún momento podemos sacarnos ninguna parte del equipo de protección individual (EPI), ni tan solo para beber agua". De entre las tareas que las docentes deben realizar también se encuentra el contacto con las familias de los pacientes aislados. "Me temblaba la voz, cuando me tocó llamar a una chica que tenía tanto el padre como la madre en la UCI ", dice Isern según la cual" aunque pienses que estás preparada, la experiencia es muy difícil ".

En cuanto a la Emilia Chirveches, pese había trabajado durante 18 años como enfermera de investigación y quirúrgica, hace un año y medio que se dedica exclusivamente a la docencia. Para hacer compatible su incorporación con las responsabilidades en la Universidad, trabaja en el hospital en vez de fines de semana. En el caso de Xevi Palomar, que ya estaba en activo durante el curso en sábados alternos de guardia como enfermero de urgencias a la ambulancia, ahora ha incrementado las horas de dedicación en el hospital aprovechando todos los festivos de la Universidad y fines de semana para integrarse al equipo de urgencias.

 

Estudiantes, docentes y profesionales, codo a codo

Ante la emergencia sanitaria, la llamada de los centros hospitalarios se ha hecho extensiva también a los alumnos de último curso de los grados en Medicina y en Enfermería. Es por eso que los docentes de la UVic que han vuelto al trabajo clínica lo han hecho junto a estudiantes de cuarto del grado en Enfermería que, o bien ya estaban haciendo prácticas en el hospital y se ha quedado a ayudar , o bien se han presentado de forma voluntaria. En el caso del alumnado, hacen turnos de 12 horas diarias en días intercalados, que combinan con las clases y con el reto añadido de realizar el Trabajo de Fin de Grado, propio del último curso

Este es el caso de Iris Alarcon, según la cual "a meses de terminar el curso es aún más duro, pero como futura enfermera no podría quedarme en casa sabiendo que hay personas que nos necesitan allí, y que podemos ser útiles ". La estudiante, sin embargo, reconoce que compaginar los estudios con estas jornadas laborales de voluntariado tan extensas y en una situación tan compleja dificulta la concentración. "Pasamos las 12 horas con las EPI puestas y salimos muy cansadas: la situación que se vive allí dentro es tan surrealista que no te lo acabas de creer".

"Tenemos estudiantes muy comprometidos que, además, se llevarán una experiencia impresionante para su profesión futura", explica Montse Faro según la cual tanto para el alumnado como para nosotros el de estos días está siendo "un aprendizaje expreso "en muchos ámbitos, como por ejemplo en las técnicas de embalaje de residuos. "Hay una gran diferencia entre entender conceptos sobre el papel y encontrarse delante de las situaciones", recuerda Isern según la cual "incluso a mí, que como docente estoy acostumbrada a reciclar conocimiento, me ha resultado complicado" . La profesora, sin embargo, hace una lectura positiva: "nos hará ser más conscientes de la tutoría que necesitan nuestros alumnos cuando hacen prácticas, y de cómo hay que estar pendientes de ellos".

"Los estudiantes de Enfermería que tenemos trabajando no están en la misma situación que el resto de alumnos de su curso", explica Isern según la cual, de ahí que la Universidad lo tendrá en cuenta tomando medidas como descargarlos de una parte de las asignaturas de práctica clínica que ahora se han trasladado al entorno online. La experiencia laboral que están viviendo, a pesar de la crudeza de la situación, les será muy positiva, "pero no debemos olvidar que aún son estudiantes y que necesitan nuestro acompañamiento y todas las facilidades para que este trabajo altruista les permita finalizar los estudios ".

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