El primer inventario de los estanques temporales mediterráneos de Cataluña revela que casi la mitad están en mal estado de conservación
El grupo de investigación en Ecología Acuática (GEA) de la Universidad de Vic - Universidad Central de Cataluña (UVic-UCC) ha creado el primer inventario de los estanques (o balsas) temporales mediterráneos de Cataluña. Estos ecosistemas son considerados por la Unión Europea como hábitats prioritarios a conservar por su elevada biodiversidad y la singularidad de algunas de las especies que viven en ellos.
Así lo reflejan los resultados del inventario que, en los cerca de 100 estanques identificados y analizados, ha encontrado citas de 90 especies protegidas (60 de pájaros, 15 de plantas, 12 de anfibios, 3 de reptiles, 1 de invertebrados). Dentro de este listado de citas se pueden encontrar aves acuáticas como el zancudo o esteparias como el sisón, plantas como el trébol acuático, anfibios y reptiles como el tritón jónico o el galápago y el crustáceo característico de estos ecosistemas, la tortuguita o triops.
También se ha constatado que, si bien contienen una elevada biodiversidad, la mayoría de estanques temporales tienen una superficie pequeña que no suele llegar a una hectárea y que son precisamente estas pequeñas dimensiones las que los hacen muy vulnerables. El inventario ha podido comprobar que al menos el 43% de los estanques inventariados han estado o están gravemente amenazados por la acción humana directa. La principal amenaza es su desecamiento o las alteraciones en la circulación del agua para usos de riego o de aprovechamiento agrícola, lo que se ve agravado por el cambio climático. Otras amenazas importantes son la urbanización, el sobrepastoreo y, en algunos casos, las talas forestales cuando estos estanques tienen árboles en su interior.
Un 40% de estanques, en mal estado de conservación
"La información recopilada en el inventario no nos permite ser optimistas en cuanto a su estado de conservación", concluye la profesora de investigación ICREA Sandra Brucet, que junto con Anna Badosa, han liderado el proyecto como miembros del grupo de investigación en Ecología Acuática. Sólo el 53% de los estanques del inventario presentan información de su estado de conservación actual, cifra que se explica por las reducidas dimensiones de estos ecosistemas y debido a que son muy efímeros.
"Esto hace que a menudo sean poco reconocidos por los responsables políticos y gestores, por lo que no se suelen monitorear", aclara el investigador Jordi Compte, que ha participado en el proyecto recopilando la información, creando la base de datos y generando los contenidos de la página web. De los estanques de los que se dispone de información, sólo el 60% tienen un estado de conservación bueno o muy bueno, mientras que el 40% restante tienen un estado mediocre que, por tanto, "no llega a los niveles de calidad que pide la Unión Europea". Según el investigador, "si tuviéramos que poner una nota del 1 al 10 al estado de conservación de estos estanques, les pondríamos un 4 y, por tanto, suspenderían".
Las directivas europeas, y más en concreto la Directiva Marco del Agua, establecen que el estado de conservación de estos ecosistemas debería ser entre bueno y muy bueno, pero "la falta de conocimiento de su estado de conservación hará imposible cumplir con las normativas", afirma Sandra Brucet. Por ello, "urge poder determinar de manera sistemática, unificada y estandarizada el estado de conservación de los ecosistemas temporales mediterráneos, para establecer medidas de gestión y protección en aquellos más vulnerables y en peor estado de conservación".
La buena gestión permite ser optimistas
A pesar de las graves amenazas que sufren los estanques temporales mediterráneos, el 58% de los inventariados están actualmente protegidos o tienen alguna forma de gestión: muchos están catalogados en la Red Natura 2000 o la de los Espacios Naturales de Interés Natural, o forman parte de parques o parajes naturales. Ejemplos de ello son la Roureda de Tordera (Barcelona), el Clot de la Unilla (Segrià) o las Balsas de la Albera (Alt Empordà). También hay estanques como la Playa de Espolla (Pla de l'Estany) que están catalogadas dentro del Convenio de Ramsar como humedales de importancia internacional para el hábitat de aves acuáticas. En algunos casos, aunque no en zonas protegidas, tienen su conservación garantizada por los acuerdos de custodia con los propietarios, como algunos estanques de Riudarenes (La Selva).
"Puede parecer que si más de la mitad de los estanques de que se dispone de información tienen un estado de conservación bueno o muy bueno, éste es un dato positivo, pero no es así", alerta Anna Badosa. La investigadora explica que "su vulnerabilidad hace que muchos se conviertan en permanentes o sencillamente desaparezcan" y que, por ello, "en adelante sería importante conocer el ritmo de desaparición de estos estanques" aunque, reconoce, "obtener este dato no es una tarea fácil".
Acceso libre a la información
El inventario, que es de acceso libre y en formato web, se ha creado en el marco de un proyecto que ha contado con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y con la colaboración de especialistas de la Universidad de Girona. En la web www.estanystemporanis.org se pueden encontrar estanques desde los pies de la Albera (Alt Empordà), hasta las montañas del Perelló (Baix Ebre), pasando por los secanos de Lleida y los estanques forestales de la Baja Tordera (Barcelona). En el inventario se muestra la localización de los estanques y, en los casos que ha sido posible, información sobre su fauna y flora protegida, el estado de conservación y el régimen de protección. En la página web también se puede visualizar un vídeo divulgativo realizado en el marco del proyecto para concienciar y dar a conocer a la sociedad la importancia de estos ecosistemas tan vulnerables.