El grupo de investigación MECAMAT presenta el proyecto SMART en un seminario sobre patrimonio cultural de la Unión Europea
La Unión Europea escogió el proyecto SMART (EU-Horizon 2020, IF-Marie Sklodowska-Curie Nº 708.527), que desarrolla el grupo de investigación MECAMAT de la UVic-UCC, como ejemplo para ser presentado en un seminario específico sobre patrimonio cultural en riesgo celebrado en Bruselas el pasado 7 de diciembre. La actividad llevaba por título "Cultural Heritage, disaster resilience and climate change: the contribution of the EU research and innovation", y en representación de MECAMAT contó con la presencia e intervenciones de los investigadores Mainardi Gaudenzi y Judit Molera.
En el seminario se presentaron los resultados de diferentes proyectos europeos y se debatieron las acciones presentes y futuras para salvaguardar el patrimonio de la degradación, especialmente en caso de riesgo geológico, cambio climático o conflicto armado. Participaron investigadores, responsables políticos, stakeholders y representantes de la UNESCO.
El objetivo del proyecto SMART es desarrollar equipos versátiles y de bajo coste con una serie de sensores para la inspección, monitorización y análisis de materiales de interés histórico-artístico. La innovación de la investigación de la UVic-UCC radica en diseñar un equipo que pueda ser muy adaptable, incorporando sensores diversos en función del tipo de estudio que se quiera hacer. El dispositivo recoge información ambiental, información analítica del material e imágenes captadas con microcámaras para integrar todos los datos en tiempo real.
Según Judit Molera, el proyecto recibió una muy buena acogida de las partes implicadas y de los investigadores: “Aunque actualmente ya existen estos dispositivos, son caros y pocos museos pueden adquirirlos. Con la evolución de la electrónica, la robótica, los sensores, las impresoras 3D y la internet de las cosas se pueden crear nuevos dispositivos muy adaptables a cada situación con un coste muy inferior, lo que permite generalizar el acceso para facilitar la conservación del patrimonio cultural de cada pueblo". Molera considera que el proyecto despertó el interés de la UE por ser "una herramienta muy útil para monitorizar el patrimonio cultural, y una vía de acceso a la tecnología en las zonas más pobres y desfavorecidas del planeta".