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Los retos de la inducción de la lactancia materna en mujeres no gestantes

Paola Galbany

Los retos de la inducción de la lactancia materna en mujeres no gestantes

Cuando pensamos en lactancia materna lo hacemos refiriéndonos a mujeres que han pasado por un embarazo y un parto. En los últimos quince años, el crecimiento de nuevos modelos familiares hace que los niños lleguen a las familias por múltiples vías, entre ellas la adopción -unos 1.000 niños son adoptados anualmente en España-, la subrogación o en parejas de dos mujeres. La lactancia inducida o la relactación, por parte de mujeres que no han tenido ni un embarazo ni un parto previo, a pesar de ser poco usual, es un procedimiento bastante desconocido para la mayoría de profesionales de la salud, tales como comadronas y obstetras.

La revista especializada Journal of Human Lactation ha publicado un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Barcelona y de la Universidad de Vic - Universidad Central de Cataluña sobre el proceso de la inducción de la lactancia materna en mujeres que no han pasado por un parto, o de la relactación en el caso de mujeres que han amamantado en embarazos previos. Se trata de un primer estudio cualitativo basado en entrevistas en profundidad a cerca de una decena de mujeres en España, que han vivido la inducción de la lactancia materna en maternidad por adopción, por gestación subrogada o en parejas de dos madres.

Falta de información por parte de los profesionales

Los principales retos que se han identificado en el estudio apuntan a dificultades y estrés debido a la falta de información por parte de los profesionales para resolver dudas y miedos durante todo el proceso. También a la falta de apoyo del entorno, que a menudo cuestiona su decisión. En la finalización de la lactancia, se ha detectado una pérdida de corresponsabilidad en parejas de dos mujeres o de pérdida en el sentimiento de vinculación con el bebé.

Tal como concluye el trabajo, en un momento en que los modelos de procreación son plurales, los profesionales de la salud deben tener conocimientos sobre la relactación y la lactancia inducida para proporcionar orientación y asistencia adecuadas. «Aunque se trata de una práctica poco habitual, los resultados del estudio mejoran el conocimiento sobre un proceso poco conocido, pero en aumento, en nuestra sociedad debido a los avances tecnológicos que permiten llegar a la maternidad sin pasar por un embarazo y un parto», apunta Gemma Cazorla-Ortiz, profesora asociada en la Escuela de Enfermería de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la UB e investigadora en formación en el programa de doctorado de Enfermería y Salud de la UB. «Este conocimiento puede servir de apoyo para mejorar las estrategias de intervención profesional», concluye Cazorla, según la cual, «debido a la dificultad física del proceso, el apoyo externo es esencial, y las participantes esperaban que los profesionales de la salud les proporcionaran información y apoyo relevantes».

«Hay una falta de investigación sobre la experiencia de las mujeres que llevan a cabo estos procesos», apunta Josefina Goberna, profesora del Departamento de Enfermería de Salud Pública, Salud Mental y Maternal de la UB y una de las directoras de la tesis. «Tampoco existe una guía estandarizada sobre métodos para inducir la lactancia materna en estos casos».

Según Paola Galbany-Estragués, decana de la Facultad de Ciencias de la Salud y el Bienestar de la UVic-UCC y coautora del trabajo «las mujeres deciden amamantar mediante la inducción y la relactación para construir el vínculo con sus hijos, y este hecho las apodera para superar toda una serie de retos complejos».

Adopción, gestación subrogada o parejas de dos madres

A través de grupos de apoyo a la lactancia se identificaron y entrevistaron nueve mujeres, tres para cada uno de los supuestos (adopción, gestación subrogada o parejas de dos madres), de las que dos amamantaban gemelos. La principal motivación era mejorar el sentimiento de proximidad con sus hijos. En los casos estudiados, el proceso de inducción duró entre un mes y medio y cuatro años. Las participantes manifestaron que durante la lactancia materna aumentaba el vínculo entre la madre y el bebé y que este sentimiento tendió a disminuir después del destete. La media de edad de las participantes fue de 33 años, la de los niños cuando empezaron la lactancia fue de 17 días y el tiempo medio de lactancia fue de 17 meses.

Los procedimientos de inducción incluyen un tratamiento farmacológico -tratamientos hormonales que simulan las condiciones de gestación- y la estimulación. Existen pocos casos de inducción de la lactancia en los que sólo se utilicen métodos no farmacológicos, que además de la estimulación, se complementan con hierbas galactagogas -que aumentan la secreción láctea- o los suplementos dietéticos.


Referencia del artículo

G. Cazorla-Ortiz, P. Galbany-Estragués, N. Obregón-Gutiérrez, J. Goberna-Tricas. «Understanding the Challenges of Induction of Lactation and Relactation for Non-Gestating Spanish Mothers». Journal of Human Lactation. Doi: 10.1177/0890334419852939
https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/0890334419852939

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