Los expertos defienden el trabajo coordinado y transversal de todos los agentes implicados para prevenir el suicidio
La UVic-UCC ha acogido este miércoles la primera jornada internacional Salud Mental e Innovación Social, que ha reunido cerca de 200 profesionales de los sectores sanitario y social para abordar la problemática del suicidio y las claves de su prevención. La iniciativa, que nace con voluntad de continuidad, la organizaban de forma conjunta la misma Universidad, la Fundación Althaia, el Consorcio Hospitalario de Vic y Osonament, las cuatro instituciones miembros del grupo de investigación SaMIS (Salud Mental e Innovación Social).
Los diferentes ponentes de la jornada han aportado datos sobre los índices de suicidio tanto en Catalunya, como en España y en otros países, así como cifras a nivel internacional. En Catalunya, en 2016 se registraron 510 casos, cifra que convierte el suicidio en la primera causa de mortalidad externa, por delante de los accidentes de tráfico. Según Cristina Molina, directora del Plan director de salud mental y adicciones de la Dirección General de Planificación en Salud de la Generalitat de Catalunya, estos casos "son sólo la punta del iceberg, ya que por cada muerte se producen veinte tentativas". Molina detalló las acciones que se llevan a cabo para hacer prevención del suicidio, entre las cuales el Código Riesgo Suicidio, que define el circuito a seguir ante una tentativa, y que el primer año de funcionamiento identificó 6.388 casos.
Visión holística y transversal
En la jornada de hoy se han compartido casos de buenas prácticas en materia de prevención y se han definido algunas de las líneas de trabajo más viables para atender y minimizar los casos que se producen. "Nos encontramos ante un cambio de paradigma hacia un modelo preventivo, recuperativo y participativo que es irreversible", dijo Molina, según la cual el "trabajo colaborativo de los servicios de salud, educativos, sociales, de justicia y de trabajo "es clave.
La mayoría de los profesionales e investigadores que han intervenido en la jornada han coincidido en esta necesidad de afrontar el suicidio como "un problema de salud pública que requiere una visión holística y transversal", así como "una respuesta integral", en palabras de Jordi Villà, vicerrector de Investigación y Transferencia de Conocimiento de la UVic-UCC. Para Villà, que ha presidido el acto inaugural, esto es precisamente lo que pretende el grupo de investigación Sami, que agrupa los ámbitos sanitario, social y académico y que ha organizado la jornada de hoy.
45 investigadores y 6 líneas de investigación
Su coordinador, Salvador Simó, ha repasado el proceso de formación del grupo, que ha definido como "un sueño que se ha materializado en 45 investigadores, 6 líneas de investigación", 4 instituciones miembros y muchas otras de implicadas. Simó ha manifestado la determinación del grupo de "crear un conocimiento que impacte en la inclusión y el desarrollo social de las personas" y de unir la academia con la inclusión y la participación en salud y social".
En este sentido, el vicepresidente primero del Consell Comarcal d’Osona, Joan Carles Rodríguez, ha celebrado que uno de los objetivos del SaMIS sea investigar en el ámbito social, y ha pedido a los investigadores que hagan "una investigación rigurosa, con método y con honestidad, que prime la calidad por encima de la cantidad".
La sesión de la tarde se ha dedicado a exponer seis líneas de investigación del grupo SaMIS: recovery e innovación social, salud social y salud comunitaria, prevención del suicidio, trastorno mental grave, neurociencias y neurodesarrollo y evaluaciones e intervenciones psicológicas en salud mental.
Ponentes de renombre
Entre los ponentes que han asistido a la jornada destacan el doctor Wolfgang Rutz, profesor de Psiquiatría Social de la Coburg University (Alemania), que ha definido el suicidio como "el indicador más significativo de la salud mental de una sociedad" y ha reivindicado la necesidad de ser más eficaces en la implantación de institutos de salud mental y pública. Por Rutz, "el abordaje del suicidio se debe hacer de forma conjunta desde la óptica humana y científica" y, en este sentido, "la sociedad debe ser lo suficientemente tolerante para permitir a cada persona encontrar el sentido de su existencia".
La doctora Ellenor Mittendorfer, profesora de Neurociencias del Karolinska Institutet (Suecia), ha presentado dos estudios realizados en su país sobre suicidio y personas inmigradas y exiliadas de fuera de Europa. Los resultados concluyen que "las ratios de suicidio son incluso más bajas en este colectivo que entre las personas nativas", excepto en el caso de menores no acompañados, un grupo de riesgo en el que la tasa de tentativas es 10 veces más alta que en los menores suecos, cifra que Mittendorfer vincula a las "experiencias traumáticas que pueden haber vivido". Por eso hace un llamamiento a tomar más medidas preventivas y realizar estudios similares en el resto de países de Europa.
Mercedes Navío, coordinadora de la Oficina de Salud Mental de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, ha explicado las estrategias que han aplicado en este territorio para reducir las tasas de suicidio y que pasan, entre otros, por "garantizar la continuidad asistencial, hacer un diagnóstico correcto del riesgo y ofrecer una buena atención a las personas afectadas".
En el transcurso de la jornada también se han desarrollado otros temas como la innovación en salud mental a través de intervenciones comunitarias, y se ha presentado el Cluster de salud mental de Catalunya, al cual la UVic-UCC se ha incorporado este 2018.