Las mujeres contagiadas con covid-19 que dieron a luz durante la pandemia tuvieron partos más medicalizados
Las mujeres contagiadas con covid-19 y que dieron a luz durante los primeros 21 meses de pandemia tuvieron un parto más medicalizado y sufrieron falta de información durante su ingreso hospitalario. Éstas son dos de las principales conclusiones del estudio Derechos sexuales y reproductivos en tiempos de pandemia: covid-19, maternidad y violencia institucional, que han llevado a cabo la cátedra UNESCO Mujeres, Desarrollo y Culturass i el grupo de investigación Sociedades, Políticas y Comunidades Inclusivas (SoPCI) de la Universidad de Vic - Universidad Central de Cataluña (UVic-UCC). La investigación, que ha contado con la financiación del Pacto de Estado contra la Violencia de Género del Ministerio de Igualdad, ha comparado, analizado y evaluado el trato recibido por las pacientes que parieron en el período de pandemia y prepandemia y, más concretamente, la experiencia de aquellas madres que eran positivas por covid-19 durante el parto.
Para valorar cómo fue la atención recibida por parte de estos grupos se creó un grupo de control a partir de mujeres que hubieran sido embarazadas y hubieran dado a luz entre el 1 de enero y el 13 de marzo de 2020 ; y un grupo diana con madres que tuvieran esta experiencia entre el 14 de marzo de 2020 y septiembre de 2021. En total, el análisis se ha realizado a partir de 2.070 encuestas, 34 de las cuales corresponden a pacientes diagnosticadas con covid-19 a partir de un test durante el momento del parto. El perfil general de las participantes en el estudio es de mujeres de entre 33 y 35 años, que fueron madres por primera vez, y que tuvieron un embarazo de bajo riesgo y un parto no prematuro.
Más cesáreas en mujeres con covid-19
Uno de los principales impactos que tuvo la pandemia en las mujeres con covid-19 que dieron a luz fue la falta capacitada para decidir sobre su parto, en comparación con aquellas que fueron madres antes de la pandemia y también con las que lo fueron en el mismo período, pero que no estaban contagiadas. Este hecho se tradujo en una tasa de medicalización mucho mayor, que se concretó en cesáreas en un 40% de las mujeres contagiadas y en episiotomías en el 50%. En contraste, las mujeres con diagnóstico negativo tuvieron sólo un 24% de episiotomías y un 20% de cesáreas.
En base a estos datos, Sandra Ezquerra, directora de la cátedra UNESCO, Mujeres, Desarrollo y Culturas, e investigadora principal del proyecto, alerta de que “hay que buscar un equilibrio entre el parto humanizado que al mismo tiempo sea seguro, y es en este punto que, si no se hace bien, pueden darse casos de vulneración de los derechos de las mujeres”. Ezquerra recuerda que una de las consecuencias del incremento del porcentaje de cesáreas es el menor índice de contacto piel con piel en el momento del parto.
Del mismo modo, las madres con covid-19 también consideran que se les dio menos información sobre los procedimientos que los realizaban los profesionales, como pueden ser los tactos vaginales o la colocación de vías intravenosas.
Mascarillas durante el parto
Por lo general, la percepción de seguridad de las mujeres que dieron a luz con covid-19 fue alta y se sitúa en el 70%, aunque esta cifra es diez puntos inferior a la de mujeres no contagiadas. También valoran de forma positiva el trato recibido por parte de los profesionales sanitarios. Sin embargo, Ezquerra apunta que los resultados del estudio muestran que “6 de cada 10 mujeres afirma que la seguridad fue en detrimento del trato recibido y tuvieron una percepción de falta de empatía durante sus estancias en el hospital”. En referencia a las medidas de prevención de contagios, fue común que en los partos con mujeres positivas por cóvid-19 el personal sanitario llevara un equipo de protección individual (EPI) en un porcentaje elevado (57,6%), frente al 14 % de quienes no llevaban. Un 28,4% de las participantes en la encuesta no recuerda esta circunstancia.
En cuanto a las pacientes, las madres positivas con covid-19 tuvieron que llevar la mascarilla en todo momento, especialmente en los servicios de urgencias (96,2%) y en los quirófanos (72,2%) en los casos de intervención quirúrgica. Estas medidas de seguridad generaron la percepción de un trato frío (52,2%), de dificultades para comunicarse con los profesionales (49,9%) y de un retraso en la atención a causa de las medidas de protección (33,2%). En el caso de las mascarillas, las madres apuntan a sensación de incomodidad ya dificultades para respirar, especialmente durante el parto.
Menos acompañamiento antes y después
Otra de las consecuencias derivadas del hecho de ser positivas por covid-19 fue el menor acompañamiento por parte de familiares antes y después del parto, que se concreta en veinte puntos de diferencia respecto a las madres que no tenían cóvido. El 9,4% de las mujeres que parieron y tenían la covid-19 no estuvieron acompañadas en ningún momento por familiares y el 15,6% no estuvo mayoritariamente acompañada.
El estudio también dedica un capítulo a analizar por qué, a partir del momento en que empezó a administrarse la vacuna, la tasa de mujeres embarazadas que se la pusieron fuera baja (40%). Un 80% de las encuestadas considera que la información que se le proporcionó había sido insuficiente y poco clara, lo que influyó, en muchos casos, en optar por no ponérsela.