La UVic-UCC organiza un simposio sobre el impacto ambiental de las minas abandonadas en ecosistemas acuáticos
Los efluentes procedentes de minas abandonadas pueden contener altas concentraciones de metales pesados o de sales que van a parar a los ríos, donde provocan un fuerte impacto en la biodiversidad y funcionamiento de estos ecosistemas. El proyecto europeo LIFE DEMINE, coordinado por el Centro Tecnológico BETA de la Universidad de Vic - Universidad Central de Cataluña (UVic-UCC), tiene como principal objetivo reducir el impacto de estos efluentes mineros a partir de la aplicación de un nuevo tratamiento que se llevará a cabo antes de que desemboquen en el río. En el marco de este proyecto, el centro de investigación organiza un simposio multidisciplinario para abordar esta problemática ambiental.
El simposio "Minas abandonadas y ecosistemas acuáticos: estado actual, impactos ambientales y posibles tratamientos" tendrá lugar el próximo miércoles 13 de noviembre, de 9:00 a 14:30, en la sala Segimon Serrallonga de la Masía Torre dels Frares del campus Vic. La matinal consistirá en una decena de charlas que abordarán tres grandes cuestiones: la situación actual y la gestión pública de minas abandonadas; los impactos ambientales en los ecosistemas acuáticos; y los posibles tratamientos de efluentes mineros contaminantes. Los ponentes serán representantes de administraciones públicas, científicos y técnicos de empresas de tratamiento de agua provenientes de diferentes puntos del Estado español y Europa.
La asistencia al simposio es gratuita, pero es necesario registrarse a través de la página web del proyecto antes del 10 de noviembre, donde también se puede consultar el programa detallado de la jornada. La actividad está especialmente pensada para gestores ambientales, investigadores y técnicos especializados.
Un nuevo tratamiento para reducir el impacto ambiental
El proyecto LIFE DEMINE, que comenzó en 2017 y se alargará hasta el 2021, pretende demostrar que es viable desde un punto de vista técnico y económico disminuir el impacto ambiental global causado por las minas abandonadas en ecosistemas acuáticos. Para ello desarrolla un proceso de tratamiento innovador y versátil que incluye tecnologías basadas en procesos de membrana y electrocoagulación, con el objetivo global de obtener unos efluentes finales no contaminantes.
Con este nuevo método, el agua se tratará inicialmente con un sistema de membranas con diferentes capacidades de filtración y, por tanto, de retención de partículas contaminantes. La finalidad del proceso es concentrar el efluente contaminante que posteriormente pasará por un proceso de electrocoagulación donde todavía se conseguirá un grado de concentración superior. De manera global, el sistema permitirá reducir en más de un 95% el contenido en sales y metales de los efluentes mineros, y obtener un agua tratada que se podrá verter al río sin riesgo para el ecosistema, respetando los límites legales establecidos por la legislación y garantizando un bajo impacto ambiental.
Hasta el momento, la tecnología propuesta se ha testado a escala de laboratorio, obteniendo resultados muy prometedores. Actualmente, se está poniendo a punto la planta piloto que estará en funcionamiento durante los próximos meses en una mina abandonada de Gales que genera efluentes con altas concertaciones de metales pesados.
El objetivo es demostrar y validar el éxito de la solución para que pueda ser fácilmente replicable en cualquier entorno con la misma problemática ambiental. Por ejemplo, en Cataluña están los casos de las minas de sal y potasa de Cardona, Súria y Sallent, con entornos gravemente afectados por esta problemática y donde es urgente encontrar una solución eficiente. En España también existen numerosos casos de minas abandonadas, como las de carbón de Asturias. En territorio de la Unión Europea hay actualmente alrededor de 3.460 instalaciones de residuos mineros cerradas y abandonadas, según datos de la Comisión Europea.
LIFE DEMINE cuenta con la financiación de la Unión Europea a través de su programa Life y tiene un presupuesto global de 2.184.632 euros. Además del Centro Tecnológico BETA participan cuatro socios más: la Universidad de Swansea (Reino Unido), la empresa especializada en tecnologías de tratamiento de agua ELENTEC LTD (Reino Unido), el Centro de Estudios de Aguas Subterráneas de Dresden (Alemania) y el Gobierno del Principado de Asturias (España).