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La nidificación de la tortuga boba en costas de España, Francia e Italia amplía la coordinación del CT BETA con instituciones extranjeras

Tortugas nacidas este verano en la playa de la Savinosa (Tarragona)

La nidificación de la tortuga boba en costas de España, Francia e Italia amplía la coordinación del CT BETA con instituciones extranjeras

Ya hace unos diez años que la tortuga boba (Caretta caretta) busca anidar en playas más frías que las de Grecia, Turquía, Chipre e Israel, donde habitualmente hacía su puesta. Esta colonización se debe al aumento de la temperatura del agua por el cambio climático, que impide el nacimiento de machos y reduce la supervivencia de las crías. "Las tortugas son especies muy sensibles a los cambios ambientales. Su adaptación a nuevas zonas de nidificación nos alerta sobre la magnitud de los efectos del cambio climático", explica Irene Álvarez, investigadora del Centro Tecnológico BETA de la Universidad de Vic - Universidad Central de Catalunya (UVic-UCC). Por eso, ahora estas tortugas eligen playas del litoral español (como la costa valenciana y catalana) y del resto del Mediterráneo occidental, como son las costas de Francia e Italia, para hacer la puesta de huevos.

Esta migración de las tortugas ha provocado que la coordinación del CT BETA se haya ampliado tanto con instituciones nacionales como internacionales. Actualmente, este centro tecnológico no sólo es el encargado de la operativa para gestionar los nidos de tortuga careta en Cataluña por encargo del Departamento de Territorio de la Generalitat, sino que su cooperación con otras entidades se ha extendido al resto de España y otros países como Francia e Italia, donde también se vive este fenómeno desde hace un tiempo. Este año, se han detectado 12 nidos en España; 10, en Francia, y más de 500, en Italia.

En este contexto, en enero del año pasado se inició el proyecto "Life Turtlenest", cofinanciado por la Unión Europea y coordinado desde Italia, en el que participa el CT BETA y la Universidad de Barcelona (UB). Este proyecto tiene por objetivo crear una red internacional para proteger las zonas de nidificación de la tortuga careta, y mitigar el impacto humano en las costas y playas donde se producen las puestas. La iniciativa se desarrolla en las regiones ribereñas del mar Tirreno (Basilicata, Apulia, Campania, Sicilia, Cerdeña y Toscana), en las regiones francesas de la Camarga, la Costa Azul y Córcega, y en varios puntos del Estado español: Cataluña, Murcia, Andalucía, Baleares y Valencia.

El proyecto "Life Turtlenest" trabaja para mejorar las prácticas de protección de los lugares emergentes donde las tortugas nidifican y perfeccionar la capacitación de gestores de playas. Se han iniciado campañas de concienciación para informar a los ciudadanos y las partes interesadas sobre la presencia de nidos de tortuga, y fomentar el apoyo a las políticas de protección de sus hábitats. También se trabaja para tener mayor conocimiento científico para entender la evolución del fenómeno, mediante la evaluación de cómo cambia el hábitat debido al clima actual y futuro, lo que permitirá tomar mejores decisiones de gestión.

Una labor de observación y seguimiento

En Cataluña, la coordinación del CT BETA con las demás instituciones siempre sigue un mismo protocolo. Una vez se confirma la presencia de un nido de tortuga boba se moviliza al Ayuntamiento, la fundación CRAM (Fundación para la Conservación y la Recuperación de Animales Marinos), miembros de IRBIO de la Universidad de Barcelona responsables de los estudios genéticos , Agentes Rurales, y las entidades ambientalistas que ayudan a buscar a personas voluntarias que se ocupan de vigilar y proteger las zonas de nidificación.

Este año, en Cataluña la temporada de nidificación de la tortuga boba se da prácticamente por cerrada, con el registro de un único nido en la playa de la Savinosa (Tarragona), del que nacieron unas 80 tortugas este agosto. "Para poder identificar el momento aproximado de la puesta llevamos a cabo un control de la temperatura de los 90 huevos que había debajo de la arena", recuerda Elena Abella, investigadora del CT BETA. La nidificación de este 2024 contrasta con la cifra récord alcanzada en Catalunya el pasado año, cuando se registraron hasta 10 nidos.

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