Joan Soler reivindica el valor de la Història de l’Educació en la formació de mestres, en la seva lliçó de jubilació
Un gran número de compañeros y amigos se reunieron ayer, miércoles, en la Sala Mercè Torrents de la UVic para acompañar al profesor Joan Soler i Mata en su lección de jubilación, titulada "De la escuela a la universidad: entre la memoria y la historia". En un acto que fue presidido por el decano de la Facultad de Educación, Traducción, Deportes y Psicología (FETEP), Eduard Ramírez, Joan Soler estuvo acompañado en la mesa por los compañeros de departamento Antoni Tort y Núria Simó, que le dedicaron el encomio.
Un itinerario biográfico y geográfico para hablar de pedagogía
En su lección, que quiso dedicar al profesor Manel Dionís Comas, Joan Soler construyó un itinerario biográfico y geográfico por los diferentes lugares que han sido claves en su trayectoria, con el pretexto de “revisarlos acompañados de pedagogías”. Un itinerario que comienza en Barbiana; que sigue en Castellterçol, Alella y Santa Eugenia de Berga; que pasa por Vic, Saifores y Ginebra, y que termina en Centelles.
Explica Joan Soler que la visita a Barbiana, la escuela experimental fundada por Lorenzo Milani, fue una de las experiencias que más le marcaron "porque representaba la radicalidad de la reforma, la conciencia crítica y la valentía de desobedecer". La segunda parada de su itinerario es Castellterçol, en una época en la que entra en contacto con el pensamiento de Alfonso Carlos Comín y de Alexandre Galí, "indispensable para entender la reforma pedagógica en Cataluña". La tercera parada es Barcelona, donde empieza a ser profesor universitario, lo que le permite adentrarse, entre otros, en el pensamiento de Pestalozzi “que, más que Rousseau, representa los fundamentos de la pedagogía contemporánea”; también en el de Rosa Sensat y en todo lo que significa: una maestra, dos escuelas, una asociación de maestros, una biblioteca y un archivo histórico, “muchas cosas relacionadas con el mismo nombre, pero en todo caso una maestra con una sólida formación ”. La cuarta parada es Vic, donde pasa de hacer de maestro a formar maestros, y donde entra en contacto con M. Antònia Canals, M. Teresa Codina y Marta Mata, así como con Montessori, en las que reconoce “el imprescindible compromiso con la renovación pedagógica, pero también con el compromiso social de la educación”.
Saifores fue la siguiente parada para poder hablar de Marta Mata, “que representa el pilar de la educación pública en el tuétano de la pedagogía y el concepto de ciudad educadora”. Es a través de Saifores que entra en contacto con el movimiento de maestros vinculado a la escuela rural, "uno de los otros caminos importantes que he transitado, que iniciamos con Sebastià Riera". Por otra parte, Ginebra representó para Joan Soler conocer al pedagogo Adolphe Ferrière, creador y divulgador de la Escuela Activa, y otros nombres propios poco conocidos, como el de Maria Solà de Sellarès “la única maestra catalana que participó en la Liga Internacional que se celebró en Calais en 1921”. La última parada, Centelles, fue el lugar donde realizó los primeros aprendizajes de maestro, de monitor, de entrar en contacto con el movimiento a favor de la objeción de conciencia, de realizar las prácticas y la primera investigación.
Terminó su intervención reivindicando el valor de la Historia de la Educación y la Pedagogía en la formación de maestros “porque sirve para crear conciencia crítica del pasado y el presente”; y también una formación de maestros que sirva para construir lo común desde la educación "que significa respetar la naturaleza, salvar el planeta y a la vez a la especie humana". Por último, pidió una universidad que se preocupe por formar para la democracia practicando la participación.
Un encomio a dos voces
El encomio, pronunciado a dos voces, desglosó los diferentes condiciones inseparables en la figura de Joan Soler, como son la de maestro y pedagogo –tal y como le gusta definirse–, la de profesor universitario que ejerció desde el Departamento de Pedagogía de la Universidad, la de historiador reconocido y respetado de la educación, la de político municipal, como concejal del Ayuntamiento de Centelles, y la de activista comprometido con diversas entidades y causas sociales.
Tal y como explicó Núria Simó, Soler interrumpió los estudios de Matemáticas para realizar magisterio y se dedicó 14 años a la docencia en tres escuelas de primaria. Es desde esta condición que "la necesidad de trabajar conjuntamente escuela y universidad, no es una cuestión simbólica, ni coyuntural, ni circunstancial, sino que es una cuestión innegociable que tiene que ver con su background vital", afirmó. El valor de la educación, y su capacidad de transformar y mejorar las personas y la sociedad hacen que Soler “lidere, promueva, acompañe, invente, organice numerosas propuestas e iniciativas que mejoren una formación que se conecta con otras instituciones educativas y entidades sociales”. Un ejemplo de su dilatada trayectoria es haber sido uno de los fundadores del Grupo Interuniversitario de Escola Rural, y haber impulsado el proyecto de prácticas en Nador o los premios a los mejores trabajos de grado o de máster, entre otros muchos, “que dan valía al estudio y a la reflexión de la tarea docente entre los estudiantes”. Simó también hizo referencia a los diferentes cargos de responsabilidad que asumió en la Facultad y en la Universidad, que van desde coordinador del grado de Maestro, jefe de departamento o adjunto al Vicerrectorado de Ordenación Académica hasta miembro de la FUBalmes elegido por el Claustro, todo asegurando que "ha sabido consolidar equipos en los diferentes lugares donde ha asumido responsabilidades".
Un 'homenot' estudioso de la Historia de la Educación
Antoni Tort, que empezó su intervención comparando a Joan Soler con un 'homenot' de Pla “por su gran e indiscutible categoría”, se centró en su vertiente de estudioso del pensamiento educativo contemporáneo, del movimiento Escola Nova y de los procesos de renovación pedagógica. "En sus estudios no encontrarán artificiosidades ni afirmaciones gratuitas, ya que su exigencia es coherente con la autoexigencia que se impone", afirmó Tort. Amigo personal de tres de las grandes pedagogas que ha dado este país, como Marta Mata, M. Antònia Canals y M. Teresa Codina, Joan Soler ha sido estudioso de un gran número de pedagogos y pedagogas que forman parte de la historia de la renovación pedagógica en el primer tercio del siglo XX. Todos ellos, maestros en mayúsculas, como también lo fueron Segimon Serrallonga, Joaquim Maideu, Mercè Torrents o Josep Tió cuando entró en la Escola de Mestres Balmes. Tort también afirmó que la trayectoria de Soler no se desvincula de la voluntad pedagógica de transmitir y dar a conocer la Historia de la Educación, tal y como lo demuestran sus aportaciones en numerosas publicaciones como Veinte maestras y pedagogas catalanas del siglo XX (Rosa Sensat, 2015), por poner un ejemplo, o la asunción de la Presidencia de la Sociedad de Historia de la Educación de los Países de Lengua Catalana, filial del Institut d'Estudis Catalans (IEC). Otro hecho que destacó Antoni Tort es que Joan Soler estuvo detrás del reconocimiento de diversas personalidades y entidades, como la Medalla de Oro del Parlament a la Asociación de Maestros Rosa Sensat, a quien le encargaron el encomio, y impulsó la candidatura para investir como doctores honoris causa de la UVic-UCC M. Teresa Codina y Òscar Camps.
En un último capítulo, dedicado a su vertiente de política municipal, Simó destacó que "fue capaz de unir pedagogía y política para mejorar la educación y la vida de la gente de Centelles", y explicó su compromiso con diversas causas que dignifican la vida de las personas, como su implicación con Cáritas y la coordinación del programa de becas UAT (Universidad en el Abasto de Todos) de la UVic. El decano de la Facultad, Eduard Ramírez, cerró el acto.