El proyecto europeo CO3 desarrolla un software de uso libre y modulable para aplicar en procesos de participación ciudadana
Los primeros meses de 2021 arrancarán tres pruebas piloto en París, Atenas y Turín para implicar a la ciudadanía en la definición de políticas y en la toma de decisiones públicas que, de forma habitual, recaen en administraciones, instituciones y entidades. Lo harán en el marco del proyecto de investigación europeo CO3. Transformative impact of Disruptive technologies in public services, que ha desarrollado una plataforma digital de relación entre los diferentes actores implicados en los procesos de participación ciudadana, y lo ha hecho a través de la utilización de tecnologías disruptivas basadas en las metodologías de la cocreación, la coproducción y la cogestión, que implican todas las partes afectadas. Este 2020, el segundo de los tres años del proyecto, el software que servirá de base para cada acción participativa concreta ya se ha desarrollado y tras un primer testaje inicial, espera el inicio de las pruebas piloto.
El proyecto CO3 lo lidera la Università di Torino (Italia) y cuenta con la participación de los investigadores del grupo de investigación en Tratamiento de datos y señales de la Universidad de Vic - Universidad Central de Cataluña (UVic-UCC) Ruth Sofía Contreras y Alejandro Blanco . Ambos investigadores forman parte de un equipo interdisciplinar que implica entidades, empresas y centros de investigación de Grecia, Italia, Francia y España. "Cada vez más ayuntamientos, por ejemplo, implementan webs, aplicaciones móviles y otros recursos digitales para fomentar la participación ciudadana en las decisiones, pero en la práctica, estos foros de participación son poco utilizados o sus objetivos teóricos no se corresponden a su aplicación práctica ", explica Ruth Contreras para indicar el punto de partida de esta iniciativa.
Un software adaptable a cada proyecto
El segundo año del CO3, este 2020, se ha dedicado íntegramente a la fase de desarrollo del software en el que se sustentará la plataforma de relación entre instituciones y ciudadanía, que ya se encuentra en la fase final de coproducción. A lo largo de todo este año, los desarrolladores de las tecnologías disruptivas han puesto en marcha el software que, se compone de diez módulos, cuatro de visibles y seis de invisibles para el usuario, que le dotan de una gran flexibilidad. "Esto permite que la aplicación final pueda ser completamente diferente para cada proyecto en el que se quiera utilizar, y que mediante la programación se adapte a las necesidades de cada caso concreto", explica Ruth Contreras. Según la investigadora, a partir de una página web y una aplicación móvil, y en función de las necesidades específicas de cada caso, se pueden emplear tecnologías como las redes sociales geolocalizadas, la realidad aumentada o herramientas para participar en encuestas, debates o votaciones.
Abordar problemas sociales a partir de tres pruebas piloto
A pesar de esta otoño el equipo de desarrolladores ya ha llevado a cabo un primer testeo de usabilidad de la aplicación, será de cara al año que viene, cuando se entre en la tercera fase del proyecto, que el software se implementará en tres pruebas piloto en Atenas, París y Turín. Algunas de estas adaptaciones a casos prácticos, concretos y reales ya deberían haber arrancado este otoño pero se han aplazado debido a la situación de pandemia por Covid-19.
En el caso de Atenas, la implementación del software en el contexto de la prueba piloto irá ligada a un proyecto de una ONG que la utilizó para crear una red de apoyo a las personas sin techo, un colectivo muy numeroso a la ciudad; en París se trasladará en una aplicación que dará voz a las personas que viven actualmente en la zona donde se ubicarán los Juegos Olímpicos de 2024, para que contribuyan a la redefinición del nuevo entorno; y en el caso de Turín, el software se utilizará para poner en marcha de forma un proyecto de vivienda social compartido que dé respuesta al problema de vivienda que hay en esta cuidad.
Avanzar a pesar del contexto de pandemia
La valoración por parte de los investigadores de este segundo año es positiva. Aunque se han tenido que posponer algunas acciones del proyecto a raíz de la pandemia, "todos los partners implicados hemos podido continuar trabajando online, ya pesar de no ha sido la situación más idónea lo importante es que se ha podido avanzar en el desarrollo" , explica Ruth Contreras. La clave del proyecto, recuerda la investigadora, es el proceso de co-creación como metodología de trabajo, que "comporta implicar
Un software adaptable a cada proyectoa todas las partes afectadas y diseñar el producto de la mano con todo el que deberá utilizar". Este proceso de trabajo ha sido un handicap en el contexto de pandemia, que ha obligado a suspender, transformar o retrasar algunas de las actividades de participación programadas. "Hemos adaptado el calendario y ajustado la metodología y de esta manera hemos podido seguir trabajando", dice Contreras.
El CO3 es un proyecto financiado por el programa europeo Horizon 2020 (subvención 822.615), cuenta con un presupuesto global de casi 3,2M € y está liderado por la Università di Torino (Italia).