EL CT BETA pone en marcha un nuevo proyecto para dar una salida a residuos agroindustriales en la producción de bioplásticos
El Centro Tecnológico BETA trabajará durante los próximos cuatro años en un proyecto que pondrá en valor los residuos agroindustriales para darles una salida como recurso para la producción de bioplásticos. El proyecto, que recibe el nombre de VALORA, se ha puesto en marcha este enero después de haber recibido financiación del Programa Estatal de Investigación, Desarrollo e Innovación Orientada a los Retos de la Sociedad, y se llevará a cabo hasta diciembre de 2020. El director del CT BETA, Sergio Ponsá, y Carlota Tayà son los dos investigadores principales, aunque en el proyecto participará un equipo más extenso de investigadores del centro.
VALORA tiene dos puntos de partida básicos: en primer lugar, la necesidad de encontrar alternativas económicamente y medioambientalmente sostenibles a la dependencia de los plásticos derivados del petróleo que tiene la sociedad actual. En segundo lugar, la preocupación por los problemas de gestión que supone la generación de residuos agroindustriales, que podrían reutilizarse en la producción de bioplàticos, unos materiales que mantienen las propiedades fisicoquímicas de los plásticos tradicionales pero que son biocompatibles y biodegradables, y además se producen a partir de fuentes renovables. En el caso del CT BETA, se estudiará concretamente la producción de polihidroxialcanoatos (PHA), un material biodegradable sintetizado por microorganismos, el entorno de cultivo del cual son subproductos de la industria alimentaria.
Hasta ahora la producción de PHA se había estudiado a partir de residuos líquidos, basados por ejemplo en almidón, suero de la leche, aceites, ácidos grasos y aguas residuales entre otros. Y a pesar de que se ha evidenciado que este plástico es muy versátil, presenta limitaciones como la baja productividad y los costes elevados. La propuesta del CT BETA es estudiar la producción de PHA a partir de residuos sólidos orgánicos utilizando el proceso de fermentación en estado sólido (SSF), que hasta ahora no se ha probado y que podría ser una buena alternativa para la obtención de plásticos con la misma versatilidad y más competitivos. "Se trata de ofrecer una alternativa factible a los plásticos derivados del petróleo, que disminuya la huella de carbono, los requerimientos de agua y el gasto energético", sintetiza Sergio Ponsá.
Para su estudio, el CT BETA ha escogido el bagazo de la uva y de la cerveza, así como residuos obtenidos en la producción del aceite, tanto por las propiedades fisicoquímicas óptimas como por su presencia relevante en el sector agroindustrial español. El proyecto VALORA se desarrollará en diferentes fases: en las primeras trabajará para producir PHA a partir de estos residuos y para superar los problemas operativos y económicos que podría presentar la producción al plantear escalados industriales. Posteriormente desarrollará un protocolo para todo el proceso y evaluará el impacto ambiental y económico para determinar su viabilidad global.