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De los contaminantes tóxicos a la salud humana: las veintidós preguntas clave para un futuro medioambiental más sostenible en Europa

De los contaminantes tóxicos a la salud humana: las veintidós preguntas clave para un futuro medioambiental más sostenible en Europa

¿Cuáles son los productos químicos más agresivos para el medio ambiente? ¿En qué puntos del planeta se concentran más contaminantes? ¿Se pueden detectar productos tóxicos que no son fácilmente identificables? ¿Cómo proteger mejor la biodiversidad y los ecosistemas naturales? La degradación del medio ambiente y los recursos naturales, la pérdida de biodiversidad, los impactos sobre la salud y las crisis en la seguridad alimentaria son algunos de los efectos de los productos químicos vertidos al medio ambiente por la actividad humana. Ahora, un estudio internacional en el que participa Miguel Cañedo-Argüelles, investigador del Centro Tecnológico en Biodiversidad, Ecología y Gestión Ambiental y Alimentaria (BETA) - Red TECNIO de la UVic-UCC y miembro de la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona (UB), determina cuáles son las veintidós cuestiones prioritarias a considerar para gestionar de manera más sostenible los riesgos ambientales asociados a los productos químicos en Europa.

La investigación, publicada en la revista Environmental Toxicology and Chemistry, quiere perfilar una nueva hoja de ruta -con una perspectiva más global y coordinadamente para diversos sectores sociales y económicos del ámbito de los productos químicos y la gestión del riesgo ambiental en Europa. El nuevo trabajo forma parte de las iniciativas del Global Horizon Scanning Project (GHSP), impulsado por la Sociedad de Química y Toxicología Ambiental (SETAC, en inglés) para identificar los principales factores que alteran la calidad medioambiental en diversas áreas geográficas (Europa, África, Norteamérica, Sudamérica y Asia-Pacífico).

¿Es posible un futuro medioambiental más sostenible?

El nuevo trabajo científico quiere evaluar cómo interactúan entre sí varios factores que afectan a los ecosistemas naturales (productos químicos, alteraciones hidrológicas, degradación ambiental, etc). En opinión de Miguel Cañedo-Argüelles, "los ecosistemas están sometidos a muchos factores de estrés y los científicos los analizan habitualmente de forma separada por limitaciones técnicas". Sin embargo, "estos factores están interactuando en la naturaleza, y a menudo esta interacción no tiene como resultado la suma de los efectos individuales, puesto que pueden haber sinergias o antagonismos" añade Cañedo-Argüelles.

Considerar los productos químicos de manera aislada "puede dar como resultado una evaluación simplista que no considera la complejidad del mundo real" afirma a su vez el profesor Alistair B.A. Boxall (Universidad de York), uno de los principales autores del estudio. "El nuevo trabajo -continúa- hace énfasis en las prioridades de la investigación de los científicos internacionales y en las principales lagunas del conocimiento sobre riesgos e impactos de los productos químicos. Así pues, queremos contribuir a centrar el esfuerzo científico en las cuestiones que realmente importan, y adoptar decisiones sobre el tipo de investigación a aplicar para actualizar las políticas de actuación y las regulaciones".

Contaminantes emergentes: nuevas amenazas para el medio ambiente global

Según los expertos, en el futuro se deberán identificar los ecosistemas de Europa con mayor riesgo de degradación por contaminación química y definir cuáles son los prioritarios para la conservación de la biodiversidad. En este escenario, será imprescindible conocer mejor el efecto potencial de los contaminantes emergentes, que en general derivan de productos farmacéuticos o cosméticos y no están regulados por ninguna legislación específica. Tal como explica Cañedo-Argüelles, "actualmente hay cerca de 3000 fármacos en el mercado que finalmente llegan al medio ambiente, y en la mayoría de los casos no se tiene mucha información de su posible impacto sobre la biodiversidad".

Según el investigador, es importante también que los estudios ecotoxicológicos se ajusten mejor a la situación real del medio natural para conocer la respuesta potencial de los ecosistemas a los contaminantes. "A menudo los estudios sobre las concentraciones límite de una determinada sustancia en el ambiente se basan en ensayos de laboratorio con una o pocas especies, como por ejemplo el crustáceo planctónico Daphnia magna" recuerda Cañedo-Argüelles.

"Pero en los ecosistemas conviven muchas especies que interaccionan entre sí. Los contaminantes afectan especies diferentes y pueden modificar las interacciones tróficas, por lo que generan respuestas complejas e inesperadas en todo el ecosistema que afectan el nivel de poblaciones y de comunidades. Por ello, una buena opción para estudios futuros sería combinar ensayos de laboratorio con el uso de mesoscosmos -ecosistemes artificiales con control sobre las condiciones ambientales- y si es necesario también, hacer estudios de campo "afirma el investigador.

En la investigación también participan expertos de la Universidad Rovira i Virgili, el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC-CSIC-UCLM-JCCM) y el Instituto IMDEA Agua (Universidad de Alcalá).

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